sábado, 28 de enero de 2017

EL DECRETO DE GUERRA A MUERTE, o una Guerra sin Cuartel

Dr. Omar Alberto Corredor V. Grupo Catalá Ong's de Asesoría Internacional Corporativa - Cataluña de España; Historiador y ensayista
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Especial Pags. Web Forocatalunya.org
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<En toda Guerra, hay una victima que resulta mortalmente herida, al principio de la contienda bélica, y muere al final de esta: LA VERDAD¡¡ >
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Demasiada agua, ha venido corriendo bajo los puentes levantiscos de la Segunda y Tercera República de Venezuela, desde aquel 15 de junio de 1813; fecha dramática para la historia, y para las graves consecuencias que de aquella derivaron, en la cual, el Libertador SIMÓN BOLÍVAR, dictó, de su puño y letra, el "Decreto de Guerra a Muerte", desde Trujillo. Muchos son sus "defensores", algunos a ultranza, pero también muchos sus detractores, algunos implacables.

De todo hecho histórico, se derivan inmediatas consecuencias; y a su vez, de este derivan, por el principio de la contradicción, dos versiones, dos concepciones y dos leyendas contrapuestas; una leyenda dorada, que muchas veces trata de edulcorar la realidad; y una leyenda negra, que la sataniza. Difícil es, hallar el punto medio de tales posturas.

En su <Fenomenología del Espíritu> HEGEL, se dispone a examinar la toma de decisiones trascendentales, para extender este, a todos los contenidos de la conciencia humana, a fin de determinar si esos contenidos son reales, ficticios, ideales o imaginarios; y si estan construidos sobre principios éticos y morales, para poderlos valorar en razón del tiempo, de la duración y de las consecuencias que traen aparejadas. Esta "Metodología", pudiese orientarnos para realizar un análisis desprejuiciado, y "parcialmente" objetivo y equitativo, sobre este hecho trascendente. El concepto de la "Vida", genera implícitamente, aquellos juicios positivos, que tratan de ensalzarla, edulcorarla y magnificarla; el concepto de la "Muerte", por el contrario, genera aspectos negativos, muchas veces, de difícil comprensión. Alguien dijo, que la historia está llena de letras oscuras y difíciles de leer, porque está escrita con sangre.  "El Patíbulo-decía el gran escritor ARTHUR KOESTLER,- no solo es el instrumento de la muerte, sino un símbolo. Es el símbolo del terror, de la crueldad y del desprecio a la vida; es el denominador común de la ferocidad primitiva, del fanatismo medieval y del totalitarismo moderno".

La célebre Ley del Talión o del Ojo por Ojo, y Diente por Diente, establecía un principio jurídico de justicia Retributiva, mediante el cual debía existir, entre el agresor y el agredido, el concepto de proporcionalidad entre el daño provocado y el daño sufrido, para establecer la pena correspondiente de "reparación"; pero la aplicación de la pena por métodos barbaros e inhumanos, no era un defecto de la ley, sino un exceso de que la aplica.  Esta ley, que prevaleció en la antigüedad y en la edad medieval, sirvió para justificar los grandes genocidios y el sacrificio inútil, despiadado y desproporcionado de miles de victimas inocentes, que tenían que "pagar" por "delitos" que no cometieron, pero que eran SOJUZGADOS, por razones religiosas, políticas, étnicas, culturales y raciales. Fue así, como proliferaron el "Código de Hamurabi ", "La Santa Inquisición"; "El Patíbulo" y la "Lapidación", y otras instituciones de condena, que proclamaban la necesidad de un castigo ejemplar.  La Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, dictada el 26 de agosto de 1789, por la Asamblea Nacional francesa, interpretaba el espíritu filosófico y humanista del siglo XVIII, y marcaba el fín del Ancien Regime, con todas sus esclerosadas instituciones, dejando atrás un pasado lleno de oprobios, de venganzas y retaliaciones. Esta Declaración proclamaba, que los hombres nacen libres y permanecen libres e iguales en derechos; ningún hombre podrá ser acusado, arrestado o detenido, como no sea en los casos determinados por la ley, y con arreglo a las formas que ella misma prescriba. Todo hombre se presume inocente, a menos que sea declarado culpable. Aquel inmenso lenguaje de cultura y
de humanismo, que trajo el Generalísimo Don Francisco de Miranda, a las tierras americanas, debía servir de PARADIGMA insoslayable para el inicio de las luchas emancipadoras. Una de las proclamas fundamentales de Miranda, establecía: <Entre las diversas maneras de matar la libertad, no hay ninguna más homicida, que la impunidad del crimen y la proscripción de la virtud>. A la luz de estos sabios principios y enseñanzas, no hay manera alguna de justificar aquel "Decreto" indiscriminado de muerte y de venganza, del 15 de junio de 1813. Todo guerrero, debía ser humilde en la victoria, y sensiblemente orgulloso en la derrota.

Cuando al gran General romano PUBLIO CORNELIO ESCIPIÓN, héroe de las Guerras Púnicas contra CARTAGO, sus aguerridos generales, le sugirieron que iniciara las represalias y los ajusticiamientos contra los jefes y soldados del ejercito cartaginés, ya rendidos y apresados después de la célebre Batalla de Zama, siguiendo las mismas prácticas de asesinatos y sacrificio de inocentes, que cometían las huestes barbaras de ANIBAL BARCA, el pundonoroso general romano, contestó: <No puedo consolidar mis victorias, ni mancillarlas, cometiendo las mismas atrocidades que condenamos>.

Para los aúlicos defensores "a ultranza", de aquel Decreto de Muerte, del 15 de junio de 1813, dictado por el Libertador en la ciudad de Trujillo, era la ·Respuesta Cabal" de BOLÍVAR, ante los crímenes perpetrados por DOMINGO MONTEVERDE; FRANCISCO CERVERIZ; ANTONIO ZUAZOLA; LORENZO FERNANDEZ DE LA HOZ; JOSE YANEZ y otros jefes realistas, después de la caída de la Primera República. Se alegaba para entonces, que la matanza de patriotas era tan grande, que el fraile capuchino FRANCISCO DE HEREDIA, que había alentado a los propios realistas, para que "no dejasen vivos a ningún soldado o enemigo patriota, mayor de siete años...." (MEMORIAS DE FRANCISCO DE HEREDIA, Regente de la Real Audiencia de Caracas), pidió que cesaran tales ejecuciones, ya que las mismas habían tomado inusitada crueldad". BOLÍVAR, que recibió estos "relatos", en plena Campaña Admirable, en Mérida, lanza una proclama el 8 de junio de ese mismo año de 1813: <Nuestro odio será implacable, y la guerra será a muerte>. Esta proclama se considera el antecedente más cercano, a lo que sería el "Decreto de Guerra a Muerte" del 15 de junio de 1813. Pero ya BOLÍVAR, había dado muestras, de una <inusitada severidad>, al conocer la derrota del ejercito patriota, en la Batalla de La Puerta; temiendo de que 1400 prisioneros y heridos realistas, se alzaran y se unieran a BOVES, ordenó la matanza de 1253 realistas, que se encontraban en las cárceles de Caracas y en el Hospital de La Guaira, entre los días 13 y 16 de febrero del mismo año. Las ejecuciones se dieron en la Plaza de Armas; en San Pablo; La Trinidad y El Matadero. Aquella <inusitada severidad>, se convirtió por la fuerza y contundencia de los hechos, en una <Sorprendente Crueldad>; más aún, cuando seguidamente proclama; <Será mérito suficiente, para recibir premio o grado en el ejercito, presentar un número de cabezas de españoles, europeos o isleños (canarios); el soldado que presente 20 cabezas, será ascendido a Alférez; 30 cabezas, valdrá el grado de teniente; y 50 el grado de capitán> (Esta Proclama, atribuida a ANTONIO NICOLÁS BRICEÑO, apodado <El Diablo>, se especula que fue por orden de BOLÍVAR, aún cuando no hay documentación cierta que avale esta acción).-  El temible ALARICO, resucitaba dentro de los muertos, decapitando soldados, pero esta vez, no sobre la Península Ibérica, sino sobre el territorio de la Capitanía General de Venezuela. El "Decreto de Guerra a Muerte" del 15 de junio de 1813, fue considerado por BOLÍVAR, como Ley Fundamental de la República, lo que constituye un grave precedente desde el punto de vista jurídico, pues elevaba dicho "Decreto", a un rango constitucional, e incluso por encima de cualquier otra ley u ordenamiento preexistente. Con este "nuevo" rango constitucional, el mencionado Decreto, fue ampliado y ratificado, desde el Cuartel General de Puerto Cabello, el 6 de septiembre de 1813. La crueldad de la matanza entre patriotas y realistas, se hace cada vez más intensa, a consecuencia de esta proclama de Puerto Cabello; y en cierta manera, "justifica" la puesta en escena, de dos sanguinarios jefes realistas, JOSE TOMAS BOVES y FRANCISCO TOMAS MORALES, quienes aparecen a finales de 1813, iniciando las ejecuciones de inocentes ciudadanos, que deambulaban por las calles; y por aquel principio de <Acción y Reacción>, BOLÍVAR radicaliza, como "Respuesta", el Decreto de Guerra a Muerte, en febrero de 1814, cuando ordena la ejecución de todos los presos españoles e isleños, que se encontraban detenidos en las cárceles de Caracas y de La Guaira. La sanguinaria "GUADAÑA" vuelve a cegar la vida de inocentes pobladores, que no tienen "velas en ese entierro infernal".

Esta "Guerra sin Cuartel", se recrudece, dentro de un lamentable conflicto civil, en el cual, un proceso de destrucción masiva e indiscriminada, se apodera de las grandes ciudades de Venezuela, donde "Patriotas Confesos", matan por confusión, a su propia gente; y los "Realistas" ejecutan realistas "indefinidos", e igualmente a hijos de españoles nacidos en España, pero que demostraban alguna simpatía por la causa republicana. Entre los años 1813 y 1814, se escenifica en Venezuela, una cruenta guerra civil, donde tirios y troyanos, criollos y peninsulares, mantuanos y mestizos, ofrendan su vida, a "cambio de nada". Según un historiador europeo, citado por JUAN USLAR PIETRI, en su obra: "Historia de la Rebelión Popular de 1814", Edit. EDIME, Caracas, 1966; "Solo en ese año (1814), se derramó en Venezuela, más sangre que en toda la Revolución Francesa". El diabólico principio de <Acción y Reacción>, que había generado aquel Decreto, comenzaba a manifestar sus dramáticos resultados.

Durante los años 1815, 1816, y 1817 BOLÍVAR ordena que el "Decreto de Guerra a Muerte", se extienda hacia el territorio de la Nueva Granada; y ello encuentra eco y respuesta, en PABLO MORILLO, quien va a ejecutar, "con una mayor crueldad" que la evidenciada en BOLÍVAR, a inocentes personajes. En tal virtud, y con un inusitado ensañamiento, MORILLO, ordena la ejecución de dos grandes estadistas neogranadinos CAMILO TORRES y MANUEL RODRIGUEZ TORRES; así como a ANDRES LINARES y a FRANCISCO GARCÍA DE HEVIA; igualmente MORILLO, ordena el apresamiento del gran científico FRANCISCO JOSE DE CALDAS,  a quien termina ejecutando. La cultura y la ciencia neogranadina, ponían así, las primeras victimas propiciatorias de la "Guerra a Muerte". Ya cuando BOLÍVAR siente, que el mencionado <Decreto> se encuentra completamente desbordado, por sus consecuencias y efectos, decide "Atemperar" o "Enervar" la crueldad y severidad de tal Proclama de Muerte sin Cuartel, mediante la <Declaración de Ocumare> del 6 de julio de 1816: <La Guerra a Muerte que nos han hecho nuestros enemigos, cesará por nuestra parte; perdonamos a los que se rindan, aunque sean españoles. Ningún español sufrirá la muerte, fuera del campo de batalla>. Esta vez, el MAGNÁNIMO BOLÍVAR, perdonándose sus propias acciones, era humilde en la derrota, y soberbio en la victoria.

Por una imprescindible necesidad metodológica, deberemos enfocar esta "Declaración" como una "antesala" al Tratado de Regularización de la Guerra, que suscribirá con MORILLO, en Trujillo, el 26 de noviembre de 1820, y que derogaba el "Decreto de Guerra a Muerte" de 1813. Iguales consideraciones metodológicas, nos llevan a enfocar, la parte resolutiva de tal decreto, obviando por los momentos, su "Exposición de Motivos".

<ESPAÑOLES Y CANARIOS, CONTAD CON LA MUERTE, AÚN SIENDO INDIFERENTES, SI NOS OBRÁIS ACTIVAMENTE EN OBSEQUIO DE LA LIBERTAD DE VENEZUELA; AMERICANOS CONTAD CON LA VIDA, AÚN CUANDO SEÁIS CULPABLES>

Dentro de una apretada SINTAXIS de esta primera Resolutiva, hay tal desorden en la relación de las palabras o sintagmas de la "Declaración", que resulta ostensiblemente confuso, para cualquier lector de la época, medianamente culto, desentrañar la alambicada y galimática expresión del Decreto. En el mismo, se entrelazan los conceptos de omisión, falta de acción e indiferencia, que hacen de imposible inteligencia, tanto para el más acucioso, como para el más desprevenido observador.

Un incomprensible y diríamos que aberrante y contradictorio fragmento de esta segunda parte Resolutiva, lo hace igualmente ininteligible:

<TODO ESPAÑOL, QUE NO CONSPIRE CONTRA LA TIRANÍA, EN FAVOR DE LA JUSTA CAUSA, POR LOS MEDIOS MÁS ACTIVOS Y EFICACES, SERÁ TENIDO COMO ENEMIGO Y CASTIGADO COMO TRAIDOR A LA PATRIA Y POR CONSECUENCIA PASADO POR LAS ARMAS>

Esta segunda "Resolutiva", es aún más confusa y contradictoria que la primera, y repite incongruentemente, los mismos conceptos de la anterior, pero expresados en negativo. Lejos de aplicarséle a este fragmento, alguna regla de la gramática, creemos que solo es posible, desentrañarlo, a través de una vieja sentencia del Romancero Castellano: <Al caballero al que la daga lo hiere, si se la dejan lo matan, pero si se la sacan se muere>.

Sin avanzar, mayores juicios de valor, sobre semejante "Decreto" nos interrogamos, asombrados: ¿Como podría asimilar, la deficiente inteligibilidad de un pueblo, mayoritariamente inculto, iletrado y analfabeta, las rimbombantes palabras de retórica patriotera, de la cual se reviste esta mal sonante "declaración, pletórica de frases huecas; de sonidos metafóricos, que no podrían ser percibidos por los oídos de mantuanos, de españoles, de pardos, mestizos y de criollos de orilla, incapaces de comprender los absurdos enfrentamientos, que los llamaban a tomar partido, por uno u otro bando, virtualmente irreconciliables, y sin la más remota conciencia, de a que bando debieran defender?.

A través del tiempo, "rápido saqueador de las cosas creadas", los juicios de valor sobre el contenido y las consecuencias del polémico decreto, no se han hecho esperar.

El historiador colombiano, ANIBAL GALINDO, en su libro, "Las Batallas decisivas de la Libertad", afirma: <El Mundo no había oído antes, ni en boca de ALARICO ni de ATILA, semejante grito de exterminio y de muerte>

El venezolano FELIPE TEJERA: <Por más que se apuren las declaraciones y sofismas, para atenuar tamaño absurdo filosófico político, este insólito apotegma, traerá sobre sí, la reprobación más absoluta de la historia>.

GOMEZ LA TORRE: <Un acto de crueldad tan inhumano, que arrastra todos los postulados de los derechos humanos>.

PILAR MORENO, Miembro de Número de las Academias Colombiana y Española de la Historia, afirma: <Fue una extremada declaración de crueldad e inhumanidad, que BOLÍVAR decretó, dado que se aproximaba a invadir Venezuela, con solo 650 hombres, lo cual era completamente temerario, y por lo cual, la Campaña Admirable, solo fue una Admirable Tragedia, de desolación y de muerte>.

El notable historiador italiano, CESAR CANTÚ, afirmó: <La posteridad pedirá cuentas a BOLÍVAR, de tales atrocidades>.

JUAN VICENTE GONZALEZ, Escritor y Político venezolano, escribió, en una de sus columnas en "El Venezolano": <Con esa proclama, se le creó a la República, millares de enemigos; en dos años, hizo bajar al sepulcro más de 60.000 venezolanos; formó al temible JOSE TOMAS BOVES; y fue la causa de las tragedias sangrientas de ÚRICA y de LA PUERTA>.

VICENTE TEJERA, afirma: <El decreto castiga con el último suplicio a los inocentes; y con la reprobación más absoluta de la historia>.

JOSE GIL FORTOUL:<Dicha proclama es el despecho de BOLÍVAR, de indiscutible derrotado de 1812, y la necesidad de desquitarse a toda costa, de tal INRI>.

Ya entrando de lleno, a realizar los juicios de valor, sobre aquel acto de reprochable conducta genocida, BOLÍVAR va a sumar a aquellos crueles episodios, la gran sed de  venganza, que lo acompañará, a todo lo largo de la gesta emancipadora, como lo registra fehacientemente la cronología historiográfica de aquella. Después de la Batalla de Taguanes (1ª de Carabobo), el 31 de julio de 1813, ordena pasar por las armas, a toda la oficialidad realista que se había entregado, y posteriormente, el 21 de septiembre del mismo año, donde ratifica el Decreto de Guerra a Muerte, hace ejecutar, en una espantosa "carnicería", a 69 españoles y canarios, ya rendidos, y sin formula de juicio, según relata el testigo de excepción, RODRIGO LLANO ISAZA; noble neogranadino, visiblemente abochornado; hará lo mismo, con la población colombiana de Pasto, según reseña el DR. JOSE RAFAEL SAÑUDO, donde ordenará ejecutar a los pobladores inocentes, en venganza por la derrota en la batalla de Bomboná. En 1815, realizará crueles ejecuciones con los españoles, vecinos a Bogotá, repitiendo iguales escenas en Cartagena.

En Venezuela, después de la Batalla de Araure, y cerca del río del mismo nombre, ordena la ejecución de 12 inocentes soldados, que habían quedado por fuera o rezagados de la batalla, e imploraron el respeto a sus vidas. En 1824, ante el estupor de los diputados, le expresa al Congreso de la Nueva Granada, que "Desde Tinaquillo hasta Caracas, durante el paso por nueve (9) ciudades que detalla, todos los españoles y canarios rendidos, casi sin excepción, han sido pasados por las armas. De acuerdo con cifras y guarismos, de algunos historiadores, durante ese periplo, más de 1600 prisioneros realistas, han sido ejecutados, sin formula de juicio, y sin contemplación, frente a las tropas patriotas, que la mar de las veces, se condolían aterrados, ante tantas atrocidades. Quienes reseñan estos acontecimientos, son el venezolano JOSE GIL FORTOUL, el argentino BARTOLOME MITRE, el venezolano DIEGO VICENTE TEJERA, y el italiano CESAR CANTÚ, quienes censuraron estas tropelías. 

El historiador y Escritor RAMÓN URDANETA, Presidente de la Federación Internacional de Escritores, y Vicepresidente del Centro Internacional por la Paz, que ha realizado una exhaustiva investigación sobre las consecuencias de la Guerra a Muerte, hace las siguientes consideraciones, en su Ensayo <La Guerra a Muerte que desata Bolívar>:

<Como un antes y un después a esta respuesta sangrienta que se tiene, voy a enumerar, de lo que conozco, la sucesión de algunos hechos increíbles, que trajeron como consecuencia la desgracia familiar y la ruina del país, entendiendo como tal, la concepción colombiana de Bolívar: 1) 19 de junio de 1813, en Trujillo, se ordena ejecutar, a los españoles apresados, en la acción de "Aguas de Obispos"; 2) Agosto de 1819, luego de la batalla de Boyacá, ante la duda pendiente, BOLÍVAR ordena al Alcalde JOSE ACEVEDO, que se fusilen a siete españoles apresados; 3) El 27 de agosto del mismo año, el Gobernador de El Socorro, pregunta al Libertador, por el destino de unos pacíficos españoles detenidos, y la respuesta fue: "Puede matar hasta seis..."; 4) 9 de abril de 1822, BOLÍVAR escribe al General Salóm: "Trate Ud al pueblo de Quito muy bien; pero el que caiga en alguna culpa, fusilelo Usted"; 5) "Su Excelencia, el 25 de enero de 1823, dispone fusilar a todos los pastusos (Sur de Colombia), reclutados, que se fugaron de Balsapampa...."

Al percibir todas estas atrocidades, algunos historiadores, han asumido, la ingrata tarea de justificar a ultranza, lo humanamente injustificable, argumentando que el Libertador, dentro del difícil y complejo panorama de la guerra, se vio "precisado" a realizar tales acciones, porque de lo contrario, hubiese perdido la guerra, y no hubiese "culminado" la emancipación; y que por un principio de economía bélica, debió ajusticiar prisioneros, para evitar los grandes costos de su mantenimiento.

Esta "Justificación", por sensiblemente inhumana, resulta ser sensiblemente absurda. Tanto la Guerra, como la Paz, tienen sus reglas; lo contrario es la anarquía, la destrucción y la muerte.

Dentro de ese mismo orden de ideas, y frente a los grandes genocidios y masacres cometidas, hallan igual justificación, personajes como ATILA, ALARICO, ANIBAL, HITLER, FRANCO, BOVES, y consecuentemente BOLÍVAR, y su "Guerra sin Cuartel".

El Humanismo suplantó a la barbarie, a partir del siglo XVIII, ¿Pero que es el Humanismo, a partir de esta época?. Es el amor de los hombres, nada más; y por eso, el Humanismo no es otra cosa, que una política; una actitud de sublevación contra todo lo que mancha y deshonra al hombre" (THOMAS MANN).

Este DEBATE dramático, está aún pendiente; no pretende agotarse, y mucho menos en el limitado espacio de este modesto Ensayo, por lo cual la historia continúa.............

COROLARIO:
Esta cruenta y dramática etapa en las luchas por la Emancipación Republicana, con los crueles episodios de una absurda y fratricida guerra civil, en la cual se derramó inútilmente, la sangre inocente de miles de millares de venezolanos, arropados bajo la vestimenta de mantuanos, españoles peninsulares, pardos, mestizos y criollos de orilla, espera todavía, por el veredicto definitivo de la historia, para hablar con eufemismo; pero el resto le corresponderá, al imaginario colectivo de los pueblos¡¡¡¡ 


"LO MARAVILLOSO DE LA GUERRA; ES QUE CADA JEFE DE ASESINOS; HACE BENDECIR SUS BANDERAS, E INVOCA SOLEMNEMENTE A DIOS; ANTES DE LANZARSE A EXTERMINAR A SU PRÓJIMO".
VOLTAIRE ¡¡¡¡


         

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